“La dependencia digital ha alcanzado niveles sin precedentes: el trabajo, la educación, las relaciones sociales e incluso el acceso a servicios básicos dependen de una conexión estable. Sin embargo es crucial reflexionar sobre cómo esta hiperconexión ha transformado no solo nuestras rutinas, sino también nuestra salud mental, emocional y social”, explica Mariana Savid Saravia, psicopedagoga cordobesa y especialista en neuroeducación y educación en ciudadanía digital, el problema radica en que no siempre sabemos cómo establecer límites saludables con la tecnología, lo que nos lleva a vivir en un estado de alerta constante.
Para la especialista, creadora de la cuenta Reseteo Digital, esta práctica emerge como una filosofía y hábito necesario en este contexto. “No se trata de demonizar la tecnología, sino de aprender a usarla de manera consciente y crítica. Desconectarnos periódicamente nos permite recuperar el control sobre nuestro tiempo, nuestras emociones y nuestras relaciones”, aclara.
“El Reseteo Digital no es solo un acto de abstinencia; es un enfoque sostenible que nos permite el autoconocimiento y el equilibrio entre la vida online y offline. Al hacerlo, no solo mejoramos nuestra relación con la tecnología, sino que también fortalecemos nuestra salud mental y emocional. Aprendamos a usar internet como lo que es: una herramienta, no una extensión de nuestra identidad”, concluyó Savid.
Extracto diario La Voz